martes, 30 de junio de 2009

COSI: SOLIDARIDAD CON EL PUEBLO DE HONDURAS Y CON SU PRESIDENTE LEGÍTIMO MANUEL ZELAYA

Declaración del Comité de Solidaridad Internacional (COSI)

Solidaridad con el pueblo de Honduras y con su Presidente Legítimo Manuel Zelaya

Caracas.- El Comité de Solidaridad Internacional (COSI), organización adscrita al Consejo Mundial de la Paz (CMP), repudia y condena el Golpe de Estado Fascista perpetrado en contra del Presidente Manuel Zelaya, Presidente Legítimo de la hermana República de Honduras.

La más rancia oligarquía de ese país, políticos de la ultra derecha y una cúpula militar antidemocrática han sumido a Honduras en el oscurantismo de una dictadura militar.

El presidente legítimo de la República de Honduras fue secuestrado, expulsado del territorio y trasladado a la fuerza a la República de Costa Rica.

En pocas horas los militares golpistas han actuado como verdaderos gorilas: secuestraron también a la Cancillera Patricia Rodas y retuvieron y golpearon a los embajadores de Cuba, Venezuela y Nicaragua acreditados en ese país, persiguen y acosan a la familia del Presidente Manuel Zelaya.

Los gobiernos democráticos de América Latina, rechazan este vil Golpe de Estado que no puede calificarse sino como una tragedia para la Democracia Latinoamericana y para la Democracia en el Mundo.

Hacemos un llamado a la Comunidad Internacional, a los mecanismos de Integración en el Hemisferio, ALBA, UNASUR, CARICOM, UNASUR, MERCOSUR, a la Organización de Estados Americanos (OEA), a la Unión Europea, a los hermanos países africanos, a todos los países democráticos del mundo miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para tomar las medidas necesarias a fin de garantizar el restablecimiento inmediato del orden democrático en Honduras, la restitución de su legítimo Presidente Manuel Zelaya y el respeto de los Derechos Humanos de las ciudadanas y ciudadanos del pueblo hondureño, que en estos momentos se encuentran en la calle respaldando su Constitución, las Instituciones democráticas y a su mandatario electo.

Respaldamos al Gobierno Bolivariano, encabezado por el Presidente Hugo Chávez, en las acciones que ha emprendido para realizar las alianzas necesarias a fin de restablecer la democracia en Honduras.

Hacemos un llamado al pueblo venezolano y a los pueblos del mundo, a permanecer alerta y a manifestar su solidaridad irrestricta con el hermano pueblo de Honduras y con la democracia continental.

TODA LA AMÉRICA LATINA UNIDA A DEFENDER A HONDURAS
HONDURAS NO ESTÁ SOLA

Por el Comité de Solidaridad Internacional (COSI)

viernes, 26 de junio de 2009

"A URIBE LE RESULTA DIFÍCIL OCULTAR IMPLICACIONES CON PARAMILITARES"

Piedad Córdoba: "A Uribe le resulta difícil ocultar implicación con paramilitares"

La senadora colombiana aseguró que la realidad es que el Presidente de Colombia está buscando una salida para todos los involucrados, porque los que están en la cárcel no están dispuestos a pagar solos por lo ocurrido. Para Córdoba, el Presidente de Colombia "tiene una papa caliente en sus manos "

N de R. Todo esto ahora se actualiza con las entrevistas de Piedad Córdoba con los Paramilitares y las entrevistas y reuniones en España para informar y difundir los resultados de sus gestiones. Algo en claro? Uribe está metido hasta la coronilla en estimular, organizar y usar paramilitares para sus fines inconfesables, al servicio de los Estados Unidos y sus políticas guerreristas.

Al presidente Álvaro Uribe Velez "cada vez le resulta más difícil ocultar la crisis de la implicación con los paramilitares", de acuerdo con las declaraciones ofrecidas por la senadora colombiana Piedad Córdoba al diario español El País.

Reseña el diario que la senadora mediadora ante las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) y quien presenció las recientes liberaciones de rehenes, acciones auspiciadas con el apoyo del Gobierno de Venezuela, dijo que en su país, por el caso de los paramilitares, "hay partidos que han desaparecido porque toda su gente está en la cárcel".

Además, recordó al socio y primo del Presidente de Colombia, Mario Uribe, quien está siendo investigado, cuya detención fue ordenada el pasado miércoles y salió huyendo de la justicia hacia la embajada de Costa Rica donde le negaron el asilo político. Aseguró que la realidad es que Uribe está buscando una salida para todos los involucrados, porque los que están en la cárcel no están dispuestos a pagar solos por lo ocurrido.

Para Córdoba, el Presidente de Colombia "tiene una papa caliente en las manos. Ya no es una crisis que se pueda arreglar... y eso va a afectar a la reelección". Destacó, más adelante en la entrevista, que Uribe lo que tiene que decidir ahora "es si va a pasar a la historia como el presidente del paramilitarismo o el presidente del acuerdo humanitario".

En cuanto a las labores de mediación que ella (Córdoba) ha adelantado con las Farc para que liberen a los retenidos, al responder sobre la cierta manipulación del dolor de los familiares por parte de la guerrilla, del Gobierno de Bogotá e incluso de la comunidad internacional, dijo que eso ha sido así "sin la más mínima duda". Recordó que ella estuvo secuestrada por los paramilitares, "y sé que la retención es muy dura: me disolvió la familia, me envió al exilio, mi hija estuvo desaparecida. Alguien que ha pasado por todo esto no puede pensar que Ingrid está bien de salud".

"Seis años retenida, sin sus hijos y sabiendo que su madre también sufre es muy duro. Pero creo que no está en las pésimas condiciones de salud que dicen", insistió. La senadora acusó nuevamente al gobierno de Uribe de "auténtica manipulación" con el caso de Ingrid Betancurt , al comentar que el envío de un avión por el gobierno de Francia, hace poco, a territorio colombiano, por la presunción de que Ingrid iba a morir, fue "sólo para tapar un escándalo político, porque el mismo día habían apresado a tres parlamentarios colombianos acusados de relación con los paramilitares".

Córdoba, entre otras cosas, refirió que si tuviera la oportunidad de hablar ahora con las Farc, "les explicaría que esto está siendo utilizado políticamente de la manera más perversa, descarada y cínica. A Ingrid hay que soltarla ya".

Fuente: ABN/YVKE Mundial/ Edición de: Resistencia Popular Comunistas Higuerote

http://pcvhiguerote-resistencia popular.blogspot.com

martes, 16 de junio de 2009

"QUE SIGNIFICA HOY SER COMUNISTA"

Por: Marcelo Colussi

Hoy día hablar de comunismo no está muy "de moda"; es más, a cualquiera que se precie de defenderlo, el discurso dominante con mucha facilidad puede tildarlo de anacrónico, desfasado, dinosaurio de tiempos idos. Quizá, jugando con los versos de Rafael de León, podría decírsele: ¿comunismo? "¡Pamplinas! ¡Figuraciones que se inventan los chavales! Después la vida se impone: tanto tienes, tanto vales".Aunque la caída del muro de Berlín –y con esa caída, la puesta entre paréntesis de los sueños de transformación del mundo– ha abierto una serie de interrogantes aún por responderse respecto al socialismo real, la pregunta que da título al presente escrito necesita hoy de imperiosas respuestas, quizá más imperiosas y urgentes que años atrás.

Desde el surgimiento del pensamiento anticapitalista en los albores de la gran industria europea, allá por el siglo XIX, e incluso después de la puesta en marcha de las primeras experiencias socialistas en el siglo XX, con la Rusia bolchevique, con la República Popular China, estaba bastante claro qué significaba ser comunista. Hoy, a inicios del siglo XXI, luego de toda el agua corrida bajo el puente, la pregunta tiene más vigencia que antes incluso.

Las verdades que inaugura el Manifiesto Comunista en 1848 siguen siendo válidas aún hoy; y sin duda, en tanto verdades universales, lo serán por siempre dado que develan estructuras de la naturaleza social misma: la explotación a partir de la apropiación del trabajo ajeno, la lucha de clases como motor de la historia, la violencia en tanto "partera de la historia", las revoluciones sociales como momento de superación de fases de desarrollo que signan el devenir humano.Todas estas verdades son expresión de un saber, por así decir, objetivo, neutro, científico en el sentido moderno de la palabra –los conceptos científicos no tienen color político–.

Otra cosa es el llamado a la práctica que esas formulaciones teóricas posibilitan, es decir: la acción política; y para el caso, la revolución.Dicho rápidamente: el comunismo como expresión teórica y como práctica política no ha muerto porque la realidad que le dio origen –la explotación de clase, las distintas formas de opresión de unos seres humanos sobre otros seres humanos (de clase, de género, étnica)– no ha desaparecido.

En tanto persistan las inequidades y las diversas formas de explotación humana, el comunismo en tanto aspiración justiciera seguirá vigente.Con la desaparición del campo socialista de Europa del Este hacia la década de los 90 del pasado siglo, la vorágine triunfalista del capitalismo ganador de la guerra fría arrastró al mundo a una suerte de aturdimiento intelectual, presentando el descrédito del comunismo como la demostración de su inviabilidad. Tan grande fue el golpe que, por algún momento, la prédica triunfal pareció ser verdadera: el comunismo no era posible. Y todos llegamos a creerlo.

Hoy, a más de quince años de esos acontecimientos, con una China que ha tomado caminos que, si bien no han derrumbado el comunismo al menos abre interrogantes sobre lo que el mismo significa, y con un talante planetario donde decirse de izquierda conlleva una carga casi despectiva, vale la pena –más bien: es imprescindible– plantearse la pregunta: ¿qué significa en la actualidad ser comunista?

Las injusticias, la explotación, la apropiación del trabajo ajeno, la lucha de clases, todo ello sigue siendo la esencia de las relaciones sociales. Es más: caída la experiencia soviética, el capitalismo ganador ha avasallado conquistas de los trabajadores conseguidas con sangre durante décadas de lucha, entronizando un modelo neoliberal que retrotrae peligrosamente la historia. Capitalismo triunfante, por otro lado, que se alza unilateral, insolente, con una potencia militar hegemónica –Estados Unidos de América– dispuesta a todo, con una posición provocativa que puede llevar al mundo a un holocausto nuclear, y que no ofrece –ni lo pretende, pero además, no podría lograrlo– soluciones reales a los problemas crónicos de la humanidad.

Capitalismo triunfante sobre las primeras experiencias socialistas habidas pero que, pese a un descomunal desarrollo científico-técnico, no consigue remediar los males humanos de la pobreza, de la escasez, de la desprotección. Si todo esto continúa, –y tal como van las cosas, pareciera que tiende a aumentar– el comunismo, en tanto expresión de reacción ante tanta injusticia, lejos de desaparecer tiene más razón de ser que nunca.Las vías de construcción de los primeros socialismos, por innumerables y complejas causas, quedaron dañadas. Pero de ningún modo ello autoriza a decir que las injusticias desaparecieron, y menos aún que las expresiones de búsqueda de mayor armonía y equidad social se hundieron igualmente.

Hoy por hoy, aunque el discurso hegemónico ha llevado los valores del capitalismo triunfal a un endiosamiento nunca antes visto en otros modelos sociales, la protesta de los excluidos sigue estando. Y pasados los primeros años del aturdimiento post guerra fría, vuelve a hacerse notar. Dicho así, entonces, el comunismo no ha desaparecido y está muy lejos de desaparecer, porque las injusticias continúan siendo la esencia cotidiana de la vida de los seres humanos.¿Pero por qué este rechazo en decirnos claramente, con todas las letras, "comunistas"? ¿Pasó a ser el comunismo una "pamplina de chavales"?

Las injusticias y las protestas continúan. Aunque la voz triunfal del capitalismo se levantó sobre la emblemática caída del muro de Berlín proclamando que "la historia terminó", a cada paso la experiencia nos demuestra que ello no es así. Para prueba, ahí están los movimientos que recorren nuevamente Latinoamérica, protestas y reivindicaciones campesinas, la Revolución Bolivariana en Venezuela como propuesta de una integración continental alternativa a los tratados de "libre" comercio impuestos por Washington; ahí está la reacción de los pueblos europeos diciendo "no" a una constitución política ultraliberal centrada en el gran capital que intenta desconocer conquistas populares históricas y desmontar los estados de bienestar; ahí está la resistencia iraquí; ahí está el pueblo palestino alzándose contra el genocidio.

Protestas éstas a las que debe sumársele un amplísimo abanico de fuerzas contestatarias, progresistas, propulsoras también de cambios sociales: ahí está la reivindicación del género femenino ganando espacio día a día; ahí están todas las luchas antirracistas a partir de las reivindicaciones étnicas; ahí está una conciencia ecológica que va ganando terreno en todo el mundo para ponerle freno a la voracidad consumista y a la depredación planetaria realizada en nombre del lucro privado; ahí está un sinnúmero de voces que se alzan contra diversas formas de discriminación y/o opresión –sexual, cultural, contra la guerra, por derechos específicos–

.¿Son comunistas todas estas expresiones? Sin dudas nadie se atreve a llamarlas así hoy día. Lo cual nos lleva a las siguientes reflexiones:

a) la prédica anticomunista que la humanidad vivió por años durante prácticamente todo el siglo XX ha tornado al comunismo un siniestro monstruo innombrable,

y b) hay que redefinir, hoy por hoy, qué significa ser comunista.

Sobre la primera consideración no es necesario explayarnos demasiado; archisabido es que si un fantasma comenzaba a recorrer Europa a mediados del siglo XIX, el fantasma que recorrió el mundo con una fuerza inusitada durante el XX se encargó de satanizar con ribetes increíbles todo lo que sonara a "crítico", a "contestatario", haciendo del término comunismo sinónimo inmediato del mal, de terror, de fatalidad deplorable, diabólica y pérfida, presentificación en la Tierra del peor y más deleznable de los infiernos.

La prédica, por cierto, dio resultado.Pero más allá de esta consecuencia producto de una despiadada política desinformativa del capitalismo, ¿por qué hoy día es tan difícil reconocerse comunista?Ello lleva a la otra consideración que mencionábamos: ¿se puede, efectivamente, seguir siendo comunista hoy día? Pero, ¿qué significa ser comunista? El comunismo, en tanto formulación conceptual en buena medida recogido en esa brillante creación intelectual que fue su Manifiesto publicado por Marx y Engels a mediados del siglo XIX, se mueve en el ámbito de lo sociopolítico, sea como lectura crítica, sea como guía para la acción práctica.

El meollo toral de todo su andamiaje pasa por la lucha de clases sociales, motor último de la historia humana. Si contra algo luchan los comunistas, buscando su superación justamente, es contra la injusticia social, contra la explotación del hombre por el hombre.En tal sentido, comunismo es sinónimo de "búsqueda de la igualdad". Siendo así, entonces, el comunismo no está muerto: la igualdad social entre los seres humanos sigue siendo una agenda pendiente. Por tanto, su búsqueda continúa siendo una aspiración comunista en el sentido más cabal del término.

Otra cuestión –que no tocaremos acá– es el tipo de medios a utilizarse para la concreción de la tarea: guerra popular prolongada, lucha armada de una vanguardia, incidencia parlamentaria, elecciones presidenciales en el ámbito de la democracia representativa.Seguramente por miedo, por efecto de la monumental propaganda anticomunista desplegada en décadas pasadas, por cuestionables experiencias que nos dejó el socialismo real, o por una sumatoria de todas estas causas, hoy día la tendencia no es usar el término "comunista"; por el contrario, quienes portaban ese nombre se lo han sacado de encima. La "moda" anda por otro lado.

Pero más allá de "modas", el estado de inequidad que dio nacimiento a un pensamiento comunista un siglo y medio atrás aún sigue vigente.Por tanto, con las adecuaciones del caso, sigue también vigente el instrumento forjado para enfrentarlo. A quienes seguimos creyendo que es necesario buscar un mundo más justo, más solidario, más equitativo, ¿nos da miedo llamarnos hoy comunistas? ¿Nos avergüenza el estalinismo, las "dictaduras del proletariado" que tuvieron lugar en el socialismo real?. ¿Realmente logró mellarnos la propaganda capitalista con su inacabable cantinela anticomunista? ¿Ganamos algo cambiándonos el nombre? ¿Qué ganamos?

Sin dudas lo que propone el Manifiesto Comunista de 1848, aunque sigue siendo válido en su núcleo, necesita adecuaciones. Un siglo y medio no es poco, y muchas cosas, por diversos motivos, no fueron consideradas en aquel entonces. El comunismo se ocupó de la lucha de clases pero dejó fuera otras opresiones: no puso particular énfasis en la explotación del género masculino sobre el femenino ni consideró la temática de las discriminaciones étnicas. Por el contrario, incluso, peca de cierto eurocentrismo civilizatorio.

Tal como se dijo anteriormente, en la actualidad asistimos a un sinnúmero de fuerzas progresistas que, sin decirse comunistas, abren una crítica sobre los poderes constituidos, sobre el ejercicio de esos poderes, sobre las distintas formas de opresión vigentes. Fuerzas, en definitiva, que buscan también un mundo más justo, más solidario, más equitativo. Fuerzas que sin llamarse comunistas en sentido estricto, son definitivamente comunistas en su proyecto, en tanto entendemos que comunismo es la búsqueda de "otro mundo posible", ese mundo más justo, más solidario, más equitativo.

Y esto, elípticamente, contesta la pregunta inaugural: ser comunista –aunque hoy día asuste, incomode o fastidie el término, aunque esté "pasado de moda" llamarse así, aunque su uso fuerce un debate en torno a qué entender por revolución y cómo lograr la justicia–, ser comunista, entonces, no es una "pamplina", pasajera "figuración de chaval". Es luchar por un mundo más justo, más solidario, más equitativo.

Esa lucha, por tanto, no se agota con una nueva organización económico-social, con una nueva relación de fuerzas en torno a las clases sociales; necesita también de cambios en la relación de poderes entre los géneros, en la consideración del otro distinto, en el respeto a la diversidad.Creo que después del aturdimiento de la caída del muro –que provocó mucho ruido, sin dudas– ya va siendo hora de dos cosas:

1) quitarnos el miedo, el estigma de usar la palabra "comunismo",

y 2) sobre la base de las lecciones aprendidas en el siglo XX,abrir un serio debate no sobre cómo nos designaremos (¿no nos gusta "comunista"?, ¿es mejor decirse "de izquierda"?, ¿queda más elegante "revolucionario"?, ¿y qué tal "luchadores por la justicia"?) sino sobre cómo lograr efectivamente ese mundo más justo, más solidario, más equitativo.

Fuente: Envíos a nuestrto Correo/ Edición: PrensaPopularSolidaria_ComunistasMiranda

http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com/

PREPARADOS SIEMPRE PARA LA DEFENSA DE LA REVOLUCION

PREPARADOS SIEMPRE PARA LA DEFENSA DE LA REVOLUCION
En el artículo "Ante las Amenazas de Violencia Exterior e Interior Contra Venezuela", también de "Prensa Popular Comunistas Miranda", se plantea el camino a seguir para el combate contra la violencia de todo tipo que adelantan el imperialismo y sus seguidores dentro del país, en lo que el Partido Comunista viene actuando desde hace bastante tiempo.

Defensa de la Revolución: Tarea de Cada Día


Es toda una política. En esta misma página, y en las de Tribuna Popular y en Prensa Popular hay abundante material al respecto.

"El pueblo, los sectores populares y revolucionarios, debemos tomar las cosas en serio. Hay que seguir con los planes de defensa nacional, donde, en cada pueblo, sitio o barrio,centro detrabajo o de estudio, está en primer lugar el fortalecimiento de su relación con la Reserva y sus funciones, los planes de defensa propios de cada sector y cada barrio, y la preparación necesaria al lado de toda la red de información.-

La preparación deberá contener las formas de comunicación e información, de abastecimientos en general, de defensa de barrios y sectores, un Plan para toda circunstancias, que abarque a todas las fuerzas populares.-

Es responsabilidad de los dirigentes políticos revolucionarios, y los comunistas respondemos a esa situación.-

Ya el PCV Miranda hizo un llamado al respecto y lo mantiene al día.

El Partido Comunista de Venezuela Higuerote, con todos los anuncios y circunstancias actuales, y los planes que adelantan los oposicionistas guiados por el imperialismo para implantar la violencia, plantea a los sectores populares que estamos en vías de integrarnos en el Frente Antiimperialista y de Avance al Socialismo, que debemos tomar todos estos elementos en consideración para cualquier plan político.-

El enemigo imperialista y sus socios de la oposición actúan a diario, debemos superarlos, sobrepasarlos, ser soldados de todos los días, y varias horas al día, para preparar la defensa de la patria.-

Fuente: Del Archivo de Prensa Popular Comunistas Miranda http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com

VIGENCIA LENINISTA

Hace más de 90 años, el genial Vladimir Ilich Lenin fundó el Primer Estado de Obreros y Campesinos e hizo posible el advenimiento de una nueva era para la humanidad, la del socialismo.Siendo un gran filósofo, economista, sociólogo y líder revolucionario, Lenin, quien se presentó en el escenario de la lucha de clases como firme seguidor de Carlos Marx y Federico Engels, se basó en el análisis y la generalización de nuevos acontecimientos y fenómenos históricos, y llevó adelante la doctrina revolucionaria en todos sus aspectos; aportó tesis de importancia teórica a todas las partes integrantes del marxismo.A él, además, le correspondió encontrar el campo de acción concreto para llevar la teoría a la práctica. La tesis leninista que postulaba la posibilidad del triunfo del socialismo en un solo país, y su legendaria materialización con la Revolución de Octubre y el establecimiento del primer Estado socialista, son pruebas contundentes de cómo se fundieron, en el leninismo, la teoría del socialismo científico y la práctica revolucionaria.Como ha ocurrido con otros próceres, es más frecuente el intento de negar la portentosa obra de Vladimir Ilich, aún desconociéndola, que valorar objetivamente su legado.Pero lo cierto es que el desplome del socialismo irreal no se debe a la fidelidad que los sucesores le rindieron al forjador de la Revolución de Octubre de 1917, sino a todo lo contrario: el abandono de los fundamentos y principios, el muy deficiente trabajo ideológico, el creciente deterioro de la base económica, la corrupción, el empobrecimiento del pensamiento filosófico que se alejó de la dialéctica para reducirse a oscuros dogmas, y el dejarse ganar por la propaganda enemiga, lo que hizo creer a los incautos que con solo renegar del socialismo, arriar las banderas rojas, propiciarían que lloviera el maná del cielo y pronto pudieran vivir, unos más encumbrados que otros, en la añorada, inexistente sociedad de bienestar capitalista.La realidad fue dura y escalofriante, pero cada día se prueba más que el socialismo es el porvenir del mundo, porque es el único sistema que puede hacerle frente a los retos de la sobrevivencia humana.Como dijo el compañero Fidel: "cuando se haga una evaluación superior de las personalidades de la historia, Lenin, junto con Marx, descollarán entre los hombres, los pensamientos, las inteligencias, las conductas que mayor trascendencia habrán tenido en la historia de la humanidad".